Día seis del 2021. Parece mentira que hace casi una semana estábamos soñando con dejar atrás todo lo que el 2020 trajo. Hasta cierto punto, es como que esperábamos mágicamente despertar en el 2021, en una realidad diferente: gente vacunada, gente inmunizada, el COVID-19 ya como una simple gripe. ¿Cuánto tiempo tendrá que pasar para eso? ¿Unos diez años?
El 1 enero nos dimos cuenta que todo sigue igual; que las vacunas, en Honduras, serán una utopía y que es deber de cada uno y de nadie más, cuidarse.
Por ahí se dice que nos van a volver a encerrar y no sé si será verdad pero en lo personal creo que un encierro total no es viable a este punto, tendría muy poco efecto y la economía no lo aguantaría. Nos encierren o no, todo recae en la conciencia que debemos tener como seres humanos, suponiendo que somos seres pensantes, racionales y consecuentes.
Hoy quiero decirles que seamos más compasivos y gentiles con nosotros mismos. Me atrevo a sugerirles que las metas o resoluciones que se propongan este año sean pequeñas, realistas, y que vayan orientadas a promover un bienestar en nosotros. El año pasado quedo claro que la salud, algo que muchas veces tomamos por sentado, es lo más importante, y que esta es integral: física, psicológica, y social. Aprovecho a compartirles mis objetivos de este año por si les sirven para tomar ideas:
Seguir escribiendo al menos una vez a la semana.
Disminuir el tiempo de pantalla.
No utilizar el celular después de las 10 p.m.
Dejar el famoso multitasking y realizar con consciencia cada acción.
Hacer yoga todos los días.
Leer por lo menos un libro cada mes.
Bailar y cantar cada vez que lo sienta.
Dejar ir aquellas responsabilidades que se sienten como obligaciones.
Ir a caminar a la montaña al menos tres veces por semana.
Tomar más tés.
DESCANSAR.
Si se fijan algunos son bastante específicos… a estos les agrego: pero si no, no pasa nada. Porque es cierto, no pasa nada. Son objetivos, propósitos, pero no son reglas escritas en piedra, pueden moldearse y acomodarse según lo que la vida vaya mostrando. Por ejemplo, estoy segura que habrá semanas donde si iré tres veces a la montaña, pero habrá otras que no por x o y razón, y no pasa nada siempre y cuando siga adelante. De eso se trata, ser constantes pero flexibles con nosotros mismos.
Estamos frente a un 2021, que aunque esta lleno de expectativas, no parece ser tan diferente al año anterior…aún seguimos en pandemia, a miras de una nueva cepa y yo me arriesgo a afirmar que también de una nueva mafia ante la posible adquisición de las vacunas, así que esto solo nos recuerda que el que tiene que ser diferente este año no es el 2021 en sí, sino nosotros; recordando que somos capaces de cambiar, reinventarnos, y adaptarnos a lo que se nos venga.
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