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Writer's pictureSofi

Las emociones en mi cuerpo

¿Cuántas veces nos hemos sentido tristes y con ganas de llorar, pero lo evitamos porque creemos que no es lo correcto? ¿Cuántas veces hemos tenido miedo y no lo compartimos porque pensarán que estamos locos? ¿Cuántas veces nos hemos enojado y creemos que es nuestra culpa porque no deberíamos sentirnos así?


Creo que todos en algún momento nos identificamos con los escenarios anteriores. Vivimos en un entorno en donde sentir otra emoción que no sea alegría es mal visto y esto llega a un punto en el que puede traernos severos problemas de salud no solo a nivel psicológico sino a nivel físico.


Recordemos que somos seres integrales, conformados por aspectos sociales, psicológicos, y físicos. Tanto nuestra mente como nuestro cuerpo son sabios; saben en cada momento lo que necesitan sin ninguna ayuda. Solo pensemos: ¿le pedimos a nuestro corazón que lata cada vez que necesitamos?, o ¿le rogamos a nuestro cuerpo que respire cada vez que corresponde? No, verdad. Estos procesos son automáticos y el cuerpo los gestiona fácilmente. Entonces, ¿qué pasa con las emociones? Gracias a la conexión mente-cuerpo, si nuestra psique decide reprimir las emociones, no habrá más opción que se manifiesten a través de la parte física. Así que cada vez que suframos de los típicos malestares “sin causa aparente”: dolores de espalda, dolores de cabeza, problemas gastrointestinales, migrañas, reflujo, entre otros; pensemos si hay alguna situación que nos ha causado una o más emociones que han quedado relegadas, abandonadas, desatendidas, y que no han tenido otra opción más que manifestarse a través de nuestro cuerpo.


¿Quieres llorar? Llora. ¿Sientes miedo? No pasa nada, es válido. De hecho el miedo es bueno; nos protege. ¿Estás enojado porque te trataron injustamente? Bien, tienes derecho a estarlo.


Es hasta que logramos comprender que cada emoción es válida y hasta deseable, que soltamos esas cadenas represivas que los grupos, incluso nuestras familias, nos han impuesto, y empezamos realmente a vivir, de forma más consciente y sobre todo, más saludable.

 

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