Creo que como seres humanos nos han vendido la idea de que la felicidad es algo que hay que encontrar.
Quizás por eso tendemos a vivir frustrados, siempre queriendo más.
La vida se trata de disfrutar cada momento, bueno o malo. Una vida llena de solo buenos momentos llegaría a aburrirnos y nos enseñaría poco; digamos que nuestro crecimiento sería mínimo.
Curiosamente los seres humanos estamos configurados por una adaptación hedónica.
No sé si alguna vez han escuchado este concepto pero básicamente significa que tendemos a acostumbrarnos a lo que nos hace sentir bien o mal.
Es como un ciclo.
Por ejemplo, pensamos que el tener un carro nuevo nos hará más felices, lo compramos, y adivinen qué, eventualmente llegamos a acostumbrarnos de ese sentimiento que nos produce el carro nuevo y por lo tanto buscamos comprar otro más nuevo después.
Quizás esto explica porque siempre estamos queriendo cosas más nuevas, más sofisticadas, más lujosas, más complejas.
El carro nuevo, remodelando la casa, comprando nueva ropa, probando nuevas joyas, cortándonos el pelo en otro estilo, etc. Y lo mismo ocurre con sentirnos mal.
Puede que esta sea la razón de no tomar acción para cambiar esas situaciones que nos generan malestar, pero bueno, ese es tema para otro día.
Entonces, ¿qué es lo que nos hace realmente felices?
Según lo aprendido en el curso The Science of Well-Being by Laurie Santos, más que enfocarnos en objetos costosos o lujosos, lo que realmente nos hace felices (científicamente hablando) son las experiencias, que nos producen esa sensación de placer y disfrute, que por tratarse de una experiencia, no hay suficiente tiempo para que nos acostumbremos a ese sentimiento y por lo tanto a largo plazo nos genera una mayor sensación de bienestar y satisfacción. Esto causa, que nuestro cerebro tienda a recordarlo por mucho más tiempo.
Así que, sencillo, en vez de invertir en objetos, invirtamos en experiencias: viajes, comidas, paseos, cursos...el tipo de experiencia que prefieras. De eso se trata la vida. Eso es lo único que nos vamos a llevar, todo lo demás ahí quedará, empolvándose.
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